YES, YES, YES.
Se ajustan perfectamente a nuestros pies, los cubren, los protegen y se convierten en una extensión del cuerpo. Los hay altos, bajitos, alargados, chatos, redondos, cerrados y abiertos. Sus estilos, tonos y diseños son infinitos...y hoy son un objeto de culto femenino.
Los tacones altos de aguja hablan de mujeres que quieren reafirmar la confianza en sí mismas. Los que tienen plataforma sugieren sensualidad y el gusto por ser el centro de las miradas.
Las bailarinas y las sandalias bajitas son usadas por mujeres a las que les gusta el bajo perfil. Marcan un tono de distinción y complementan looks naturales, son perfectas para las que prefieren la sobriedad. De forma instantánea jugamos a ser otras, a escandalizar, a ser serias, poderosas o princesas de cuento.
El diseñador de zapatos Christian Louboutin, famoso por popularizar los escandalosos tacones de 12 centímetros, dice: “Los tacones altos son un placer doloroso. Si no puedes caminar con ellos, no los lleves”.
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